Hace unas semanas tuvo lugar en Santiago de Compostela el I Congreso internacional del Camino de Santiago, denominado (vuelta con los anglicismos) «The Fair Way».

Al mismo acudieron personajes y personalidades de muy diversos sectores y procedencias: cuerpos de seguridad del estado, políticos, hosteleros, peregrinos, economistas, famosos, españoles, franceses, alemanes, japoneses, y un largo etcétera. La idea era poner en común el estado actual del camino de Santiago a su paso por diversas CCAA del estado y los retos que le esperan al futuro.

El Congreso, al que pude acudir brevemente, tuvo un denominador común: la exaltación que hizo la Administración gallega sobre el impacto e interés socioeconómico que «el camino» tiene en el sector turístico de Galicia. Nada que objetar al respeto. Se trata de un reclamo turístico que se viene explotando desde la edad media.

Una vez señalado lo anterior, a la vista de la exposición realizada por el gerente de la entidad publica que gestiona todo lo que tiene que ver con el «XACOBEO», tuve la oportunidad de realizar la siguiente pregunta:

  • ¿Considera usted que, sin perjuicio de los fines de peregrinaje o deportivos perseguidos por cada usuario/caminante, sería necesario que la Administración tuviera en cuenta la red de senderos del Camino de Santiago como lo que son? Es decir, ¿Debería la administración tener en cuenta que los peregrinos realizan actividades en el medio natural empleando para ello senderos custodiados/mantenidos por la Administración pública?

La respuesta era la esperada: el camino de santiago es mucho más que un sendero.

Señores de la Administración Pública y del Camino de Santiago, sin perjuicio de los muy respetables fines con los que cada cual realice la peregrinación a Compostela, no está de más darse cuenta de lo siguiente:

  • El peregrinaje se realiza sobre senderos, esto es, caminos públicos explotados turísticamente por la Administración.
  • La Ley de Bases de Régimen local atribuye el mantenimiento de estos caminos públicos a las corporaciones locales, salvo atribución a otra Administración, como ocurre en la CA de Galicia al existir una Ley específica que obliga a la Comunidad Autónoma a vigilar el mantenimiento y señalización del Camino de Santiago a su paso por Galicia.
  • Los senderos son áreas de actividad terrestre a través de los cual se desarrollan actividades «deportivas» consideradas «de riesgo» por nuestros Tribunales, por lo que la labor de mantenimiento y señalización debe ser estricta.

La policía nacional, la Guardia Civil y Protección Civil, en el referido congreso, coincidieron en señalar que la señalización actual del camino de Santiago es escasa y está mal mantenida, siendo éste uno de los motivos más habituales de pérdidas, extravios y accidentes.

Señores de la Administración Pública, reitero que, sea cual sea el interés de cada uno en realizar el camino de Santiago, no debemos abstraernos con conjeturas y estar a la realidad de los hechos: el lugar de desarrollo de nuestra actividad y qué actividad estamos haciendo, que no es otra que caminar por un medio en ocasiones agreste y mal señalizado. No olvidemos a quién corresponde su mantenimiento y vigilancia.

No hay más ciego que el que no quiere ver.

Alejandro López

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Fuente: Fotonazos.net