Llega el 2018 y con él la nueva oferta de licencias federativas por parte de las Federaciones Autonómicas. Ciertamente, se hace un gran esfuerzo por tratar de captar federados con la excusa del beneficio de un seguro deportivo que cubra nuestras actividades en la montaña.
A razón de esta situación, hace unas semanas, desde este blog sacamos adelante una encuesta sobre “hábitos federativos” que, tras 241 respuestas (de las cuales las especialidades más practicadas son el montañismo, escalada y senderismo, por este orden) ha arrojado unos resultados que eran los esperados:
- El 78,8% de los federados asegura federarse por “el seguro federativo”, y tan solo el 9,8% del total, lo hace por las prestaciones ofrecidas por las federaciones.
- El 57,70% de los encuestados no ha hecho nunca uso del seguro.
- El 34,1% cree que el sistema de asistencia del seguro es ágil y sencillo.
- El 90,5% nunca ha visto rechazada la cobertura.
- El 44,8% nunca ha leído la póliza.
De los anteriores datos nos vamos a quedar con el último, quizá el que resulta más preocupante por una sencilla razón: debemos saber lo que estamos contratando.
Las Federaciones deportivas (tanto las nacionales como, generalmente, las autonómicas) tienen la obligación legal de cubrir a sus federados con un seguro deportivo obligatorio que cumpla con unos mínimos legales. Curiosamente nadie se para a pensar que, generalmente, este seguro es obligatorio para competición y entrenamiento, pero no para actividades de ocio, como suelen ser la mayoría de las que realizamos en la montaña. Es por eso que, este seguro obligatorio se ha convertido en una especie de seguro voluntario en el que las Federaciones actúan como meros intermediarios /agentes de seguros entre el deportista y la compañía.
Es por ello que muchos seguros se alejan de las prestaciones mínimas obligatorias y otros, en cambio, las cumplen a raja tabla, por lo que es imprescindible saber qué contratamos y con qué coberturas.
Saliendo al paso del eterno debate de si es necesaria la obligatoriedad del seguro deportivo, posicionándome claramente ante la NO necesidad del mismo, es el momento de analizar qué debemos estudiar de la póliza para evitar problemas de cobertura y obtener un seguro eficiente y adecuado a nuestras actividades, sea contratado a través de una federación o de forma particular:
- Cobertura sanitaria mínima: se trata, quizá, de la cobertura principal de este tipo de seguros. No olvidemos que si desarrollamos actividad de forma autónoma, fuera de un ámbito organizado (evento, competición, actividad profesional), la cobertura de asistencia sanitaria puede venir prestada con cargo a la seguridad social. Al contrario, si lo hacemos en un ámbito organizado debemos contar con seguro de accidentes. Es por ello que, generalmente, el seguro de accidentes federativo es un seguro añadido y a mayores de la asistencia de la Seguridad Social, pero no podemos evitar pedir unos mínimos: cobertura ilimitada en centros concertados con la compañía, 60.000 en centros no concertados y 60.000 en el extranjero. Esto sería lo ideal.
- Cobertura indemnizatoria: se trata de la cobertura estándar para cubrir posibles indemnizaciones por pérdidas funcionales, anatómicas y de fallecimiento. Las coberturas suelen ser estándar y aquí poco podremos pelear.
- Cobertura por responsabilidad civil: una de las coberturas más novedosas y útiles para el caso de que formemos parte de un club y tomemos capacidades organizativas, pues no estará de más tener un seguro de RC (no profesional) que cubra posibles daños a terceros derivados de culpa o negligencia. Cobertura mínima 150.000 euros.
- Cobertura por rescate: tras el cobro de rescate en mucha CCAA, es recomendable tener una cobertura por rescate de, al menos, 6.000 euros. Debe incluir el rescate y el traslado a hospital y domicilio.
Además de las coberturas, uno de los puntos que más debemos tener en cuenta a la hora de contratar un seguro deportivo de este tipo, son las exclusiones. Muchos seguros excluyen determinadas actividades que son, precisamente, la que más realiza el deportista. Ojo con las modalidades deportivas incluidas y las excluidas porque puede dar lugar a problemas de cobertura en el futuro. Veamos cuales son las exclusiones más conflictivas y las que más debemos tener en cuenta:
- Actividades organizadas: si contratamos un seguro deportivo federativo o particular, pensado para nuestras actividades, la póliza debe estar destinada a actividades deportivas de este tipo y no solo a las federadas, a las que estén incluidas en el calendario oficial o a las organizadas por la federación. Esta exclusión que parece absurda, se mantuvo en algunas pólizas hasta el año 2016.
- Actividades círculo polar y media/baja montaña: mucho ojo con las exclusiones por categorías. Generalmente, las pólizas suelen estar clasificadas por actividad o país de destino, pero existen conceptos indeterminados. El más claro es el del círculo polar. Para poder realizar actividades en el círculo polar necesitaremos la cobertura más amplia y más cara (tomando por ejemplo las pólizas federativas). Curiosamente muchas ciudades de la península escandinava, a efectos del seguro, entran dentro del círculo polar por lo que, por ejemplo, para ir a Tromso a hacer esquí de travesía, necesitaríamos la póliza más amplia.
- Lesiones no accidentales: ojo con las lesiones deportivas que no provengan de un accidente. En ocasiones las compañías exigen, para dar cobertura, una primera asistencia de urgencia. Al ser una póliza de accidentes no cubre lesiones crónicas o, incluso, hasta hace poco tiempo, edemas, pérdidas o extravíos, golpes de calor, hipotermias. Parece que este año las compañías se han adaptado a las nuevas exigencias, pero por si acaso, tengamos mucho cuidado con algunas de estas exclusiones.
- Centros concertados: debemos tener mucho cuidado al seleccionar el lugar donde nos federamos, pues algunos seguros federativos únicamente tienen centros concertados en su ámbito geográfico de influencia, pudiendo no dar cobertura (salvo la urgencia) en otras CCAA.
- Países en conflicto: la exclusión típica respecto de EEUU, Canada y México se amplía a países en conflicto (los que están en la lista del Ministerio de Asuntos exteriores). Preguntemos antes de contratar, pues muchos de los destinos montañeros están, precisamente, en estos lugares: Pakistán, Uganda, Indonesia, Mali, Kirguistán, etc.
En definitiva, no podemos olvidar que muchos de nosotros nos adscribimos a una Federación únicamente para obtener un seguro, por lo que aquella no está sino actuando como un agente de seguros frente a la compañía. Si salimos a la montaña no es necesario federarse pero es casi imprescindible tener un seguro que cubra, sobre todo, la asistencia sanitaria de urgencia y el rescate en lugar remotos, lo hagamos por nuestra cuenta, con la correduría de nuestro barrio o con un ente Federativo. En todo caso, lo contratemos de una u otra forma, no olvidemos leernos la póliza y tener en cuenta las anteriores, y otras, consideraciones.
Alejandro López
Abogado – Máster en Derecho Deportivo – Máster en Derecho de Montaña.
Abogados especialistas en actividades de montaña
Gracias por la información Alejandro