La RAE define la «contraprestación» como » Aquella prestación que debe una parte contratante por razón de la que ha recibido o debe recibir de la otra». En lenguaje simple y llano, «pago, luego recibo».

Me viene como anillo al dedo la triste noticia de los dos espeleólogos fallecidos esta pasada semana en Marruecos, no tanto por la comparación que se ha visto en algunos medios (http://www.eldiario.es/campobase/noticias/Marruecos-espeleologo-accidente_0_375162585.html) que también, sino porque últimamente se está repitiendo mucho la falta de apoyo y colaboración por Administraciones y Entidades privadas, resumiendo: estado y empresas.

Cierto que existe la eterna duda y el debate de si una persona que practica deportes «de riesgo» (y lo entrecomillo porque, recordemos que para nuestro Derecho, CUALQUIER práctica deportiva entraña un riesgo) de forma consciente y voluntaria, debe tener derecho a recibir un rescate ágil, eficiente y eficaz, pero sin entrar a valorar lo que nos ofrece nuestra Administración, debemos hacer hincapié en lo que nos ofrece otro de nuestros grandes prestadores de servicios y que, lamentablemente, suelen emplear el juego ruín de las interpretaciones: las compañías de seguro.

No es la primera vez que alguien acude a mí con la copla tantas veces escuchada de «mi seguro no se quiere hacer cargo» o la frase tan común de «han pasado de mí» o «lo han hecho tarde, mal y a rastras». Lo que yo me pregunto es ¿No será cierto lo de ese anuncio de la radio en la que la musiquilla de espera no cesa, mientras el agua inunda mi casa? Todo esto se traduce en algo muy simple: hay que adaptar los servicios a las necesidades del cliente.

Si un montañero o deportista paga por un servicio de rescate agil, eficaz y eficiente, habrá que dárselo, sea donde sea, porque se presupone (algunos se estará riendo en este mismo momento) que las compañías entienden de montaña y las pólizas se adaptan a tales exigencias. Cierto que ahí estan las federaciones para incidir en ello… (mutis por el foro).

Es que a veces parecemos gilipollas (RAE: «Del caló jili, inocente, cándido, der. de jil, fresco«). ¿Como una compañía de seguros va a garantizar un rescate eficiente en un lugar poco común y alejado del mundanal ruído? ¿Como va a garantizar una asistencia sanitaria adecuada? ¿Como va a garantizar una respuesta inmediata en días festivos a través de una centralita? ¿Como se puede pretender que haya que preavisar de cada actividad que realicemos los 155000 federados que hay en España?  Lo peor de todo ello, es que seguimos confiando en ese trocito de plástico que nos sacará de todos los apuros: de algunos sí, pero de otros no tanto.

Nadie da duros a peseta. Volvamos a lo del principio: CONTRAPRESTACIÓN. Si pago por algo, debo exigir que ese servicio se adapte a mis necesidades, por algo me gasto los euros, por eso, y para darle de comer a unos cuantos.1428066117_extras_noticia_foton_7_0

Alejandro López

Abogado.